Budapest - 19 Abril 2014

Plano Colina del castillo
Hoy hemos decidido cambiar de sitio para desayunar, nos apetecía probar algo diferente. No muy lejos del hostal, y camino del castillo, hemos encontrado una cafetería con bastante buena pinta. Dos cafés latte, un croissant relleno de queso y una especie de napolitana ha sido nuestra primera comida del día, y por unos 6 euros.

Paseando por alguna de las calles más céntricas de Budapest hemos llegado hasta el puente de las cadenas, que hemos cruzado andando hasta llegar a los pies de la colina del castillo. Para subir al palacio existen dos maneras, o bien lo haces andando, o bien subes en funicular. El paseo a pie es de unos 10 minutos, y no es incómodo. Esta ha sido nuestra elección, y nuestra recomendación, ya que el funicular es bastante caro.

Palacio Real
La primera de las paradas ha sido el Palacio Real. Este elegante palacio, ha sido arrasado y reconstruido en varias ocasiones en los últimos siete siglos. La primera residencia real data del siglo XIII y los reyes posteriores se dedicaron a ampliarlo. En la actualidad el Palacio alberga dos museos importantes, la Biblioteca Nacional y el Museo de Historia. Nosotros decidimos no entrar en ninguno de los dos y visitar los alrededores del Palacio. Desde este lugar tienes unas de las mejores vistas de Budapest.

A continuación hemos ido paseando por la colina hasta el Bastión de los pescadores, una réplica neogótica, y que igualmente ofrece unas vistas increíbles. En 1905 se construyó como mirador, por el mismo arquitecto que construyó la iglesia de Matías. El nombre viene por el gremio encargado de defender este tramo de muralla.

Iglesia Matías
Justamente en frente, encontramos la espectacular iglesia de Matías, la cual se remonta a 500 años atrás. Aunque en esencia es una construcción neogótica. La iglesia posee un delicado bajorrelieve y un tejado de coloridos azulejos. Por lo que cuentan las guías, su interior debe de ser notable, tanto por sus vidrieras como por los frescos y murales. Nosotros no lo pudimos ver, ya que estaba cerrada por tratarse de semana santa, así que no nos queda otra que disfrutarla desde el exterior. Nos detendríamos a explicar cómo es su interior, pero como deberíamos copiarlo de alguna guía, preferimos pasar de ello, y esperar que en alguna próxima visita la podamos describir desde nuestra propia visión.

A lo largo de nuestro paseo por las calles de la colina, hemos dado con la torre de María Magdalena, la gran aguja visible desde kilómetros de distancia. Este templo, que en un principio estaba reservado únicamente a los vecinos del barrio que hablasen húngaro, se utilizó como mezquita durante la ocupación turca.

Bastión de los Pescadores
Algunos de los puntos de interés que encontramos en nuestro paseo por la colina son: la puerta de Viena, que era la entrada medieval a la ciudad, los archivos nacionales, diversas casas burguesas, una estrechísima Táncsics Mihály utca, llena de casas pequeñas pintadas con tonos algo llamativos, el controvertido Hilton que incorpora parte de una iglesia dominica de la edad media y una escuela jesuita barroca, una aberración desde nuestro punto de vista y el palacio Sándor.

Algo más al sur, están las cuevas de la colina. Bajo esta colina, hay más de 28 km de cuevas que contienen interesantes lugares e historias. Se puede ver como se ha utilizado esta red de cuevas desde tiempos prehistóricos. Aquí, se supone que estuvo retenido y murió Drácula. La visita ha resultado entretenida. Aunque la entrada, nos ha parecido un poco cara, 2000 HUF.

Pese a que los monumentos más simbólicos de esta colina, están bastante saturados, en general es un sitio agradable y bastante tranquilo. Nos ha gustado mucho pasar la mañana aquí.
Nuevamente, la vuelta a la ciudad la hemos hecho andando. Es todo cuesta abajo, así que no hace falta coger el funicular.

A lo tonto, nos ha dado la hora de comer, así que decidimos dejarnos ir por las calles de Budapest y buscar un local donde descansar y comer algo. El camino nos ha llevado de nuevo hasta la Basílica de San Esteban, donde hemos dado con un agradable restaurante.

Sinagoga
Nuestra idea era probar algo típico y tradicional de Hungría, así que este local nos ha parecido una buena idea. Esta ha sido nuestra primera experiencia real con la gastronomía local. Hemos degustado el tradicional Hortobagy style pancake, que se trata de unos crepes rellenos de estofado de pollo picado, acompañado de una salsa de pimentón, una auténtica exquisitez altamente recomendable. El otro plato que hemos podido disfrutar ha sido Hungarian Grey cattle stew que es un estofado de vacuno acompañado de encurtidos y de los llamados gnocchis húngaros, que no dejan de ser otra cosa, que harina y huevos, pero que estaba de muerte. Por supuesto esto lo hemos acompañado de una pinta de autentica cerveza húngara. Como aun nos quedaba algo de sitio para el postre, nos hemos metido entre pecho y espalda dos trozos (aquí los llaman trozos, en España los llamaríamos kilo) de dos tartas diferentes, una de chocolate (Eszterházy cake) y la otra de caramelo (Dobos cake), acompañadas de dos cafés. Y todo esto por unos 24 euros. La experiencia con la gastronomía húngara no podía haber sido más satisfactoria.

Sinagoga
Por la tarde, hemos ido hacía el barrio judío. Nuestra primera parada aquí ha sido la sinagoga. Se trata de un edificio de fachada de ladrillo vidriado, rojo y amarillo, provisto de almenas y dos enormes torres de estilo árabe coronadas por cúpulas con forma de cebolla. Es la mayor sinagoga del mundo a excepción de la de Nueva York. Dicen que no hay que perderse su interior. Nosotros nos lo perdimos, ya que estaba cerrada por ser semana santa, una pena, porque vistas las fotos...

En el lado norte de la sinagoga, se encuentra el monumento al Holocausto, y construido en 1991. Se levanta donde las fosas comunes de los asesinados por los nazis entre el 1944-45. en las hojas del árbol de la vida, hecho de metal, figuran los apellidos de algunos de los cientos de miles de asesinados.

En este barrio, no esperes encontrar grandes monumentos a excepción de la sinagoga, pero entre otros puedes ver la academia de música Ferenc liszt, la iglesia de Santa Teresa y la sinagoga ortodoxa, también parte del muro original del gueto. Es un barrio cargado de historia, reflejada en cada calle.

En la bulliciosa plaza Oktogon hemos cogido el metro M1, dirección al extenso Parque Municipal de Pest. Nuestra idea es pasar lo que queda de la tarde en los baños termales que allí se encuentran. Pero antes de ponernos a remojo, visitaremos parte de este parque.

Plaza de los héroes
Lo primero que se ve al llegar al parque es la plaza de los héroes y su monumento. Se trata de la plaza más grande y emblemática de Budapest. Está flanqueada por dos importantes espacios artísticos de Pest, el palacio del arte y el Museo de Bellas Artes. En el centro de la plaza se puede contemplar el monumento al Milenario, una columna de 36 m de alto, con columnas bastante más pequeñas a su izquierda y derecha. Esta plaza fue diseñada en 1896 para celebrar el 1000 aniversario de la conquista de la cuenca de los Cárpatos. En lo alto de la columna central está la estatua del arcángel Gabriel, y en la base de la columna está el monumento a los héroes.

Nuestra siguiente parada, los baños széchenyi. Este gigantesco y recargado edificio es de poco antes de la primera guerra mundial, y sus manantiales de agua caliente fueron descubiertos mientras se hacía un pozo a finales del siglo XIX. Sus aguas son las más calientes de la ciudad, superan los 76ºC. Son los baños más extensos de Europa. Ha sido una verdadera delicia disfrutar de estos baños durante un par de horitas.

Széchenyi
Tras este pequeño asueto, que por supuesto recomendamos enormemente, de nuevo en el metro M1 henos dio hacia el barrio donde tenemos el hostal. No muy lejos de él tenemos la parada, así que solamente tenemos que andar unos minutillos, y menos mal, porque de repente se nos ha puesto a llover como si el mundo se fuese a acabar, que barbaridad.

Una vez en el hostal, y tras tomar una buena ducha, ya que no hemos podido ducharnos en los baños,y cambiarnos la ropa empapada, nos hemos ido a cenar a una cervecería cercana al hostal y en mitad de la zona de marcha de Budapest. Teniendo en cuenta, nuestra grata sorpresa con la gastronomía húngara, hemos decidido tirarnos de nuevo a platos tradicionales, con la esperanza de acertar de nuevo. En esta ocasión hemos pedido pollo con salsa de queso y limón, acompañado de arroz (Cigánypecsenye hasábburganoyával, folhagymás sertén java roston) y unas chuletas de cerdo al grill con ajo y páprika (Pórés pulyka, burgonyakrokettel). Nuevamente hemos acertado. Quizás la chuleta es lo que menos nos ha llamado la atención respecto a los otros platos, ya que es una forma de prepararla bastante parecida a como puedas comerla en España, pero aún así la recomendamos.

Antes de servirnos la cena, nos han sacado un aperitivo, cortesía de la casa, típico de Hungría, llamado Unicum. Se trata de un licor amargo, la fórmula es un misterio, pero si se sabe que se utilizan para su elaboración 40 hierbas distintas envejecidas en barriles de roble.

La cena, ha resultado algo copiosa, y aún es pronto para irnos al hostal, así que aunque no hemos cogido la cámara de fotos, decidimos ir dando un paseo hasta la orilla del Danubio. Los grandes edificios como el Palacio Real, el Castillo o el puente de las cadenas de noche están preciosos. Sin duda, mañana volveremos con la cámara, ha sacar millones de fotos, porque nos ha cautivado la estampa nocturna.
Con este espectacular visión, deshacemos lo andado, y nos vamos al hostal de retirada. pero antes de llegar al hostal decidimos entrar en un supermercado a comprar una botella de agua. Como ayer tuvimos una desagradable experiencia intentando comprar agua y finalmente comprando agua con gas, hoy examinamos prácticamente todas las botellas de agua del supermercado. Todas estaban etiquetadas en húngaro, y no había forma de saber si eran con gas o no, así que hemos decidido zarandear todas a ver cual sacaba más burbujas. Esto tampoco nos ha sacado de dudas, así que hemos decidido comprar una botella de Nestle, pensando que al ser una marca que también se comercializa en España, seria agua mineral normal. Y efectivamente, nos hemos vuelto a equivocar. Era agua con gas. En fin, otra vez será.